Saturday, May 31, 2014

Outra vez Pablo Neruda



Poema 14

Pablo Neruda

Juegas todos los días con la luz del universo.
Sutil visitadora, llegas en la flor y en el agua.
Eres más que esta blanca cabecita que aprieto
como un racimo entre mis manos cada día.
A nadie te pareces desde que yo te amo.
Déjame tenderte entre guirnaldas amarillas.
Quién escribe tu nombre con letras de humo entre las estrellas del sur?
Ah déjame recordarte cómo eras entonces, cuando aún no existías.
De pronto el viento aúlla y golpea mi ventana cerrada.
El cielo es una red cuajada de peces sombríos.
Aquí vienen a dar todos los vientos, todos.
Se desviste la lluvia.
Pasan huyendo los pájaros.
El viento. El viento.
Yo sólo puedo luchar contra la fuerza de los hombres.
El temporal arremolina hojas oscuras
y suelta todas las barcas que anoche amarraron al cielo.
Tú estás aquí. Ah tú no huyes.
Tú me responderás hasta el último grito.
Ovíllate a mi lado como si tuvieras miedo.
Sin embargo alguna vez corrió una sombra extraña por tus ojos.
Ahora, ahora también, pequeña, me traes madreselvas,
y tienes hasta los senos perfumados.
Mientras el viento triste galopa matando mariposas
yo te amo, y mi alegría muerde tu boca de ciruela.
Cuanto te habrá dolido acostumbrarte a mí,
a mi alma sola y salvaje, a mi nombre que todos ahuyentan.
Hemos visto arder tantas veces el lucero besándonos los ojos
y sobre nuestras cabezas destorcerse los crepúsculos en abanicos girantes.
Mis palabras llovieron sobre ti acariciándote.
Amé desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado.
Hasta te creo dueña del universo.
Te traeré de las montañas flores alegres, copihues,
avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos.
Quiero hacer contigo
lo que la primavera hace con los cerezos.

Poema 14 

Brincas todos os dias com a luz do universo.
Visitante Sutil, chegas na flor e água.
És mais do que a cabecinha branca que aperto
como um cacho em minhas mãos todos os dias.
Com ninguém te assemelhas desde que eu te amo.
Deixa-me possuir-te entre guirlandas amarelas.
Quem escreve o teu nome com letras de fumaças entre as estrelas do sul?
Ah! Deixa-me lembrar como eras antes, quando ainda não existias.
De repente, o vento uiva e golpeia minha janela fechada .
O céu é uma rede coalhada de peixes sombrios.
Aqui vêm bater todos os ventos, todos.
Se despe a chuva.
Passam fugindo os pássaros.
O vento. O vento.
E só posso lutar contra a força dos homens.
O temporal arremessa folhas escuras
e solta todos os barcos que à noite se ancoravam no céu.
Ah! Tu estais aqui. Ah! Não foges.
Tu me responderás até o último grito.
Te enroscas em mim como se tivesses medo.
Sem embargo, alguma correu uma sombra estranha por teus olhos .
Agora, agora também, pequena, me trazes madressilvas,
e tens até os seios perfumados.
Enquanto o vento triste galopa matando borboletas
Eu te amo, e minha alegria morde a tua boca de ameixa.
Quanto não terá doído acostumar-te a mim,
a minha alma só e selvagem, ao meu nome que a todos afugentam.
Temos visto, tantas vezes, arder a estrela da manhã beijando-te os olhos
e sobre nossas cabeças dissolverem-se os crepúsculos em leques rodopiantes.
Minhas palavras choverão sobre ti, te acariciando.
Amei, desde longo tempo, o teu corpo nácar ensolarado.
Até creio que és a dona do universo.
Te trarei das alegres flores montanhas, campainhas,
avelãs escuras, e cestos silvestres de beijos .
Quero fazer contigo
o que a primavera faz com as cerejeiras.


Ilustração: tribunadoceara.uol.com.br

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